EL EMBLEMÁTICO VERACRUZ

Sin ir muy atrás en su historia, a lo largo de las últimas 4 décadas el puerto de Veracruz ha sufrido diversas transformaciones que han sido punta de lanza en el sector portuario nacional, donde existen por lo menos 2 sucesos históricos que lo han catapultado hacia la eficiencia: la requisa de 1991 y la consecución de un nuevo puerto contiguo inaugurado en 2019.

Corría el sexenio de Miguel de la Madrid en los 80 cuando México y el mundo se preparaban para una ola de apertura comercial que requeriría servicios logísticos más sofisticados que enfrentaran volúmenes crecientes de mercancías intercambiadas entre naciones, donde el puerto más importante de México, Veracruz, operaba con grandes ineficiencias, al igual que los trenes aeropuertos y carreteras.

Cuando Carlos Salinas de Gortari llegó a la presidencia la globalización avanzaba mientras el sector transporte se mantenía rezagado. Fue entonces que José Luis Murillo llegó al puerto de Veracruz, procedente de la dirección de Mazatlán y Manzanillo, y a quien le tocaría ejecutar la requisa del puerto junto con otros personajes clave, lo cual fue parteaguas para la entrada de operadores privados no sólo en Veracruz, sino a los demás puertos de México en los 90.

Durante los 80 y principios de los 90 el puerto era administrado por una entidad llamada Servicios Portuarios de Veracruz, donde 4 poderosos sindicatos ostentaban el 51% de las acciones, mientras el 49% restante correspondían al gobierno federal y otras organizaciones, a diferencia de las administraciones del resto de los puertos, donde el gobierno mantenía el control por tener la mayoría accionaria, recuerda José Luis Murillo.

Por su parte, Miguel Ángel Casanueva, quien se desempeñaba como director de puertos y agencias navieras de Transportación Marítima Mexicana (TMM), comenta que esos sindicatos se dividían en maniobristas, estibadores, checadores y amarradores, donde ninguno se ponía de acuerdo para la operación de los barcos, lo que devenía en grandes ineficiencias en las que el gobierno poco podía hacer. “Si el barco tenía que estar 6 días en el puerto para carga y descarga, con los problemas entre sindicatos podía llevarse hasta 12”, rememora.

Aunado a lo anterior, Casanueva añade que existían otras problemáticas igual de graves, como era el caso de la sustracción ilegal de mercancías del puerto por parte de integrantes de los propios sindicatos, burocracia, trámites tardados y, lo peor, lo que denomina “la explotación del hombre por el hombre”, toda vez que los sindicalizados vendían a otros trabajadores sus turnos para operar los barcos en el puerto, dividiendo las ganancias. En resumen, una total falta de control y nula eficiencia.

Tal era el poder de los sindicatos que cuando Carlos Salinas tomó la presidencia ninguno de los directores de los puertos quería irse a Veracruz, la llamada “casa del jabonero, donde el que no cae resbala”, abunda José Luis Murillo, quien finalmente tomó el cargo con la instrucción de eficientar las operaciones, lo cual intentó durante 2 años mientras las múltiples quejas de importadores y exportadores, agentes navieros y aduanales, escalaban a oídos del presidente, con la amenaza de seguir desviando la carga a Houston, Texas…

Fuente de la informacion:

http://t21.com.mx/maritimo/2020/12/09/emblematico-veracruz

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